El paro de trabajadores de Ceamse que reclaman un nuevo relleno sanitario
Un nuevo capítulo en la batalla por la basura
La huelga del personal de la Ceamse (Coordinación Ecológica Area Metropolitana Sociedad del Estado), desde el domingo hasta la noche de ayer, ha sido un capítulo más en la irresuelta, inquietante historia de la gestión de la basura porteña. El paro, “en defensa de la fuente de trabajo”, constituyó una presión para que se instale un nuevo relleno sanitario en la provincia de Buenos Aires –se prevé que en dos años colapsará el actual– y en contra de la ley porteña de Basura Cero. Desde el gobierno bonaerense advierten que los nuevos rellenos sólo se implementarían “en los próximos años”; los últimos proyectos que se intentaron, especialmente el de Brandsen, chocaron con la resistencia de los vecinos. Para la entidad ambientalista Greenpeace, el eje del problema es que “el gobierno de Macri incumplió la Ley de Basura Cero, que había empezado a implementarse en la ciudad”. Entretanto, el gobierno porteño anunció que la normalización del servicio se completará en 36 horas a partir del cese del paro, es decir, mañana a la mañana.
El paro de 24 horas, que finalizó ayer a las 20, afectó los centros de transferencia de Pompeya, Colegiales y Flores, lo cual paralizó la recolección en la ciudad. Jorge Mancini, secretario general del sindicato de trabajadores de la Ceamse, fundamentó la medida en que “si no hay nuevo relleno sanitario, 1200 familias quedan en la calle”, y sostuvo que “si no se abren nuevos centros de disposición final de la basura, cuando se agote la capacidad de los actuales va a haber una crisis ambiental gravísima”.
Para Mancini, “hace falta la decisión política de cumplir el acuerdo de 2008 entre la provincia y la ciudad de Buenos Aires, que prevé abrir un nuevo relleno sanitario; fue desacertada la decisión de no avanzar con el previsto en Brandsen, pese a un estudio de impacto ambiental en el que habían intervenido universidades”. El proyecto se detuvo por la resistencia de vecinos de esa ciudad.
En un documento reciente, Raúl de Elizalde, presidente del directorio de la Ceamse, manifestó que “comparte” la preocupación del gremio “en cuanto a la imperiosa necesidad de encontrar nuevos lugares para disposición final de los residuos”. Según la Ceamse, la capacidad de los actuales rellenos sanitarios alcanzaría hasta 2012, bajo el ritmo actual.
Según dijo a este diario una fuente del gobierno bonaerense, “el problema de fondo es que la ciudad de Buenos Aires no aplica la Ley de Basura Cero (sancionada en 2005): hace falta que los rellenos en actividad reciban menos material”. En cuanto a instalar nuevos rellenos, “se están haciendo estudios pero no para resolver de inmediato, sino en los próximos años”. En cambio, para Mancini “la Ley de Basura Cero es inviable”.
Por su parte, María Eugenia Testa, directora política de Greenpeace Argentina, sostuvo que “lo poco que se había hecho por el cumplimiento de la ley se desbarató en los dos últimos años. En 2007, el gobierno de Jorge Telerman había iniciado la ‘doble contenerización’, con unos contenedores para residuos húmedos y otros para residuos secos, pero el gobierno de Mauricio Macri la desactivó. La ley requiere separación domiciliaria para que las empresas recolecten por separado las dos clases de residuos y envíen los secos a centros de reciclado. Pero el actual gobierno nunca hizo separación ni desarrolló campañas para que la gente sepa cómo hacerlo, y las empresas siguen mandando todo a los rellenos”.
Los dirigentes gremiales de la Ceamse se reunirán mañana con Alberto Pérez, jefe de Gabinete bonaerense, y el miércoles con Diego Santilli, ministro porteño de Ambiente y Espacio Público. Hace quince días, Santilli aseguró que el gobierno porteño esta vez sí pondrá en marcha un doble sistema de recolección para residuos húmedos y secos.
Entretanto, el gobierno porteño advirtió que el paro de ayer “implica 36 horas de atraso en la normalización a partir del levantamiento del paro”. Marcelo Aparicio, secretario de la rama Recolección del Sindicato de Camioneros (que incluye a los recolectores de residuos porteños), había aclarado que “nosotros no hicimos huelga, pero para salir a trabajar necesitamos poder vaciar los camiones en los centros de transferencia”.