El desalojo se llevó a cabo con violencia a las seis de la madrugada. Una decena de vecinos fueron expulsados, mientras otros siete optaron por subirse a los árboles, para asi impedir su tala. En cuanto la información empezó a circular, cientas de personas se congregaron en apoyo a los vecinos que aún permanecían en el bosque. En un intento de avanzar al bosque para conocer el estado de quienes se encontraban sobre los árboles, sin comida ni agua, la policia reprimio nuevamente, especialmente contra vecinas y vecinos mayores de edad que encabezaban la medida pacifica.
En horas de la tarde del miércoles, eran siete los heridos y cinco los detenidos, entre ellos el abogado Miguel Quintabani, y un consejal. El operativo ascendía a más de 300 policias, suboficiales de policia montada y policias de civil. Mientras es generalizado el repudio hacia la obra, desde el defensor del pueblo de Vicente López, el premio nóbel de la paz Perez Esquivel, y las manifestaciones populares que se vienen sucediendo desde marzo, el poder político parece no oir los reclamos y continúa ejecutando medidas represivas, provocando hechos sin precendetes en la historia del municipio.
Por Imagen Insurrecta: Colectivo de Comunicación - para Red Eco (RNMA)
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